A pesar del día gris y nublado, a pesar de la lluvia que acompañó nuestros pasos, un grupo de personas de Ejulve, La Cañadilla, Andorra y La Zoma, nos reunimos en Majalinos para dar lectura al manifiesto de la plataforma “Nuestros montes no se olvidan”. Entre ellos “los resistentes” de La Cañadilla, Manuel y su esposa, acogedores y generosos, sabios en sus apreciaciones, conocedores “palmo a palmo” del territorio donde han decidido, a pesar de las dificultades, seguir viviendo.
Inicio de la andada El verde tapiza la zona quemada. Sin rastro del nacimiento de árboles.
Atravesamos una pequeña parte de la extensa zona quemada para, paso a paso relajar y alegrar la mirada en la hermosura del bosque conservado, en la trasparencia de las gotas de lluvia en las ramas, en el intenso verde recién estrenado, en los manantiales que cursan los prados y senderos, ….Lástima que en mitad de este paraje natural, la Fuente de la Navarra, un grave impacto en el paisaje ha sustituido al primitivo manantial. Y todo ello ¡desde el silencio, sin contar con las autoridades locales ni las personas que forman parte de este territorio! “El cementazo”, en el mas puro estilo urbanita. No dudamos de la necesidad de puntos de agua para la extinción de incendios, pero tampoco dudamos de la necesidad de ubicarlos en espacios mucho más estratégicos y en los que se genere un menor impacto visual y ambiental.
A pesar de la inclemencia climatológica, el diálogo abierto entre todos los participantes confirmaba la necesidad de seguir caminando y apostando por este patrimonio natural olvidado, los montes y bosques turolenses que permanecen en grave riesgo de sufrir grandes incendios forestales de aquí en adelante.
Atravesamos una pequeña parte de la extensa zona quemada para, paso a paso relajar y alegrar la mirada en la hermosura del bosque conservado, en la trasparencia de las gotas de lluvia en las ramas, en el intenso verde recién estrenado, en los manantiales que cursan los prados y senderos, ….Lástima que en mitad de este paraje natural, la Fuente de la Navarra, un grave impacto en el paisaje ha sustituido al primitivo manantial. Y todo ello ¡desde el silencio, sin contar con las autoridades locales ni las personas que forman parte de este territorio! “El cementazo”, en el mas puro estilo urbanita. No dudamos de la necesidad de puntos de agua para la extinción de incendios, pero tampoco dudamos de la necesidad de ubicarlos en espacios mucho más estratégicos y en los que se genere un menor impacto visual y ambiental.
El Pico de los Tres Mojones, punto de unión de tres de los municipios afectados, actuó de punto de reflexión al ofrecer una desoladora visión en todas las direcciones de la zona quemada. Una grave e importante pérdida patrimonial que dejará su huella durante varias generaciones. Pérdida insuficientemente valorada e ignorada por la administración y la sociedad, en general, que siguen mirando “hacia otro lado”.
A pesar de la inclemencia climatológica, el diálogo abierto entre todos los participantes confirmaba la necesidad de seguir caminando y apostando por este patrimonio natural olvidado, los montes y bosques turolenses que permanecen en grave riesgo de sufrir grandes incendios forestales de aquí en adelante.
1 comentario:
Pasamos un dia estupendo,hasta nos llovio.El monte quemado daba verdadera pena!tenemos una zona preciosa,valiosa y llena de historia,su variedad de flora ,fauna,su paisaje . Por esto no podemos olvidarnos de nuestros montes,nos piden ayuda a gritos..... Neli
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