domingo, 24 de octubre de 2010

Vigías de la ribera

Por segundo año nos hemos reunido, esta vez en Torre los Negros, en torno a esos monumentos naturales que son los chopos cabeceros, vigías de la ribera que con su silencio y sus troncos inmensos, algunos abiertos y muertos, siguen hablando de vida.






Custodian el espacio en torno a un río en apariencia frágil, el río Pancrudo, que alimenta y sostiene ese bosque luminoso refugio de aves, insectos, pequeños mamíferos y seres microscópicos.



Nuestro bullicio contrasta con sus sonidos sutiles que invitan a retornar en soledad para escuchar y sentir ese latido que ancla a la tierra.

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