miércoles, 9 de junio de 2010

La Hoya de Alloza vuelve a la vida




El sábado 5 de junio el Cea Ítaca participaba en la Semana Nacional homenaje a Félix Rodríguez de La Fuente promovida por Biodiversidad Virtual y la Fundación Félix Rodríguez de La Fuente. Una de las actividades programadas fue la realización de un testing fotográfico en un espacio de interés natural. En Andorra se eligió el Sendero Botánico de Val de Molinos, ya que reúne una rica biodiversidad vegetal. Las personas que participaron decidieron realizar el día anterior las fotografías en este espacio y el 5 dedicarlo a realizar una pequeña incursión en una de las zonas quemadas en el verano de 2009 en la provincia de Teruel.

La Hoya de Alloza, uno de los paisajes más hermosos y singulares de la Comarca Andorra- Sierra de Arcos fue uno de los espacios mas afectados. Sus laderas ardieron y en pocas horas desaparecía uno de los pocos reductos comarcales de vegetación autóctona.

Destacar de la zona quemada, en la que aun se están realizando tareas de limpieza, su reverdecer primaveral amparado por las lluvias y nieves del invierno. Comprobamos “in situ” que la vida paulatinamente retornaba en silencio.

Las coscojas (Quercus coccifera) se dispersan ampliamente por las laderas, los rebrotes de encinas (Quercus ilex ballota) aunque en mucho menor número también despuntan, diminutos pinos carrascos (Pinus halepensis), tímidos, tiernos, pero con ganas de vivir, pinos piñoneros (Pinus pinea); pequeños y escasos rosales silvestres (Rosa canina)…. Entre las aromáticas sólo la salvia (Salvia lavandulifolia) mostraba sus hojas, el romero, el tomillo y el espliego, al menos en la zona recorrida todavía no habían hecho su aparición. Algunos brotes de enebros (Juníperus oxycdrus) asomaban también entre las raíces quemadas. Violetas, llantén mayor, leguminosas como la alfalfa (Medicago sativa) y el pipirigallo (Onobrychis viciifolia), narcisos, alguna verónica…incluso en zonas donde disminuye la pendiente grupos de juncos tiernos cuya presencia asombra en unas laderas áridas y expuestas en este momento a los extremos climatológicos.

Se observa una importante erosión en algunas zonas ya que se trata de laderas con una fuerte inclinación, donde pueden verse las raíces de las diferentes plantas al descubierto. La facilidad para rebrotar de las especies que aquí se encontraban, al ser de tipo mediterráneo y estar adaptadas al fuego, quizá se encuentren con la dificultad añadida de este problema.


Será necesario custodiar este espacio y velar de cerca por su futura regeneración en las mejores condiciones posibles.

4 comentarios:

Charo dijo...

La naturaleza es sabia, nunca es tarde para volver a empezar.

agm dijo...

la naturaleza no es tan mala, save cuidar de la tierra y de lo malo seva lentamente regenerando sola

agm dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Como se aprecia la erosión, la desolación del monte quemado,y el resurgir de la vida en estas bonitas fotografias.
Sabina