jueves, 24 de junio de 2010

El Sendero Botánico de Val de Molinos












Un paseo por el Sendero de Val de Molinos nos introduce de lleno en el abrazo de árboles y colores, en la ternura de la música de pájaros invisibles, en el roce verde del viento o en la brisa de la luz. En el sonido pausado del trabajo tradicional en los huertos y en el mar de plata de olivos que nos devuelven la historia del hombre y la tierra.

Tradicionalmente fue un “camino de herradura” por el que los agricultores accedían a los campos con las caballerías y por el que las gentes del lugar caminaban para llegar a un paraje natural “la Fuente Moreno” donde un manantial, un abrevadero y una balsa (en la actualidad ahogada por el cemento que contiene el desborde del agua) aportan esa frescura tan necesaria para la vida y tan ausente en casi todo el municipio.

El Arroyo de Val de Molinos lo recorre y da nombre a este espacio donde está representada una buena parte de la vegetación del municipio y del entorno.

Vegetación de zonas áridas: pinos, coscojas, encinas, sabina negra…;de zonas húmedas: olmos, zarzas, chopos, sauces…; cultivos tradicionales: cereal, olivar, almendro,…huertos familiares con frutales transferidos de generación en generación: higueras, membrilleros, nogueras, manzanos…;especies ya casi ausentes: roble quejigo, azarollos, latoneros….plantas medicinales y aromáticas, violetas, digitales, sideritis, candileras, ontinas, aliagas, malvas, centáureas…La biodiversidad a través de las estaciones.

Desde 2006 cuenta con unas mesas y pies de interpretación completados en una segunda fase finalizada en abril de 2010. La riqueza de la vida vegetal y animal plasmada a través de los textos realizados por las participantes del Taller de Educación Ambiental del Cea Ítaca. Especies y usos tradicionales extraídos de la tradición oral de los habitantes de Andorra. Plantas de uso medicinal, comestibles, tintóreas, aromáticas, para la realización de escobas y tejados, …

La nominación y señalización de este sendero como Botánico pretende contribuir a la conservación y valoración del patrimonio natural y de las actividades y especies agrícolas tradicionales a la par que servir de instrumento educativo, divulgativo y didáctico. El fin último persigue una Ordenanza Municipal de Protección Local que permita conservar uno de los pocos espacios donde convive medio natural y humano en relativo equilibrio.

Desde 2004 cuando llega la primera quincena del mes de junio el sendero se llena de niños y niñas de los colegios de Andorra quienes conducidos por las participantes del taller son convocados año tras año a conocer y disfrutar de este lugar.

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2 comentarios:

Charo dijo...

Los niños creo que disfrutan con esta actividad,y nosotras disfrutamos con ellos cuando los acompañamos. Pasamos un poco de nervios,porque pensamos que no vamos a saber explicarles ¡pero son tan bonicos y agradecidos!.

alicia dijo...

Que clocada de pollicos más bonica.
Las caricas de todos en las fotos, son para comerselos.
Seguro que a la vez que jugaban, aprendian, estoy segura.
Lástima que el día que tenía que ir yo, se tubo que suspender por la lluvia.
Es una actividad muy importante para los niños, y muy agradecida para nosotras.