sábado, 12 de marzo de 2011

Yesa NO


El viernes 11 y dentro de las Jornadas Ecológicas de la ALA pudimos disfrutar de la charla impartida por dos jóvenes de Artieda (Huesca), uno de los pueblos afectados por el futuro recrecimiento del pantano de Yesa. Su relato sobre la historia de este pantano rozó nuestro afecto e indignación. Indignación por todos aquellos proyectos que lejos de contar con la participación del territorio se planifican desde instancias políticas y económicas sin tener en cuenta a las personas que allí habitan: su historia familiar, su cultura, sus costumbres, sus emociones ligadas al paisaje y la tierra donde han nacido, donde sus padres vivieron.

El embalse inicial se proyectó en los años 20 bajo la dictadura de Primo de Rivera iniciándose su construcción en 1936 coincidiendo con la guerra civil donde se interrumpió. Fue inaugurado en 1959. En su construcción 2.400 h fueron anegadas y entre ellas las mejores tierras de cultivo y de huerta. Tiermas, una población con más de 1.000 de habitantes en aquel momento, cabecera de comarca y con un gran dinamismo cultural y económico basado en uno de sus recursos naturales, unos baños termales de origen romano, debido a esta construcción perdió todos los servicios de los cuales dependían varios municipios pequeños. Desde entonces y hasta la actualidad la zona se ha ido despoblando, los niños quedaron sin escuelas teniendo que salir tempranamente de sus casas a estudiar a Navarra.

Los pueblos se fueron quedando solos y abandonados.
A todo ello se suma en la actualidad el grave deslizamiento de una de las laderas del pantano afectada por grandes grietas que parecen no preocupar a los técnicos oficiales.

Paradójicamente siempre se nos hace creer que las grandes infraestructuras van acompañadas de un mayor y mejor desarrollo, del aumento de la población, al igual que ocurre con el tema de las grandes infraestructuras viarias, pero la realidad está muy alejada de estas quimeras y muy por el contrario favorece un desarrollo lejano, en otros territorios.

Paralelamente se fue creando un enfrentamiento con la zona de las Bardenas a favor de este recrecimiento ya que mejoraba sus regadíos. Otra manera de dividir y enfrentar a los habitantes que comparten un mismo territorio.

Sorprende gratamente que todo un pueblo, Artieda, y todos a una, ciudadanos y Ayuntamiento, presenten una resistencia conjunta al recrecimiento de este pantano. Jóvenes con sus padres y abuelos en la calle, en lucha pacífica por su tierra y sus esperanzas: “queremos vivir aquí” rezan sus pancartas y gritos impidiendo a la CHE el levantamiento de las actas de expropiación.

Los pocos presentes, nos sentimos interrogados sobre nuestro compromiso territorial reivindicando la dignidad. Temas los hay, de sobras, unos relacionados con el agua, como el proyecto de elevación de aguas del Ebro, otros con el abandono de los montes afectados por el fuego y su futuro, otros con macroproyectos estrella que absorben todos los presupuestos,…

¡Salud a los habitantes de Artieda y a los que como ellos son capaces de decir NO!

Más información: http://www.yesano.com/antecedentes.htm

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